¿El año comienza con un juguete conectado en casa?

Puede que entre los regalos de las pasadas navidades se encontrara un juguete conectado. ¿Sabes qué son y qué pueden hacer? Te ofrecemos algunos consejos.

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Desde hace años existe una gama creciente de juguetes que incorporan una conexión a internet que multiplica la capacidad de interactuar con los usuarios: son los llamados juguetes conectados. Su uso suele requerir la descarga de una aplicación en un dispositivo móvil. Pero, ¿cómo funcionan? Cuando captan imágenes o voces las envían a la aplicación, que a su vez las transmite a través de internet. Cuando se procesa la información, la contestación -ya sea una frase pregrabada o información obtenida en la Red- viaja de vuelta al juguete, que ofrece al usuario una respuesta.

Para completar este proceso, el juguete cuenta con herramientas como micrófono, cámara, altavoces o pantalla, que recopilan información sobre los usuarios -en su mayor parte menores- lo que puede suponer un riesgo para su privacidad y la protección de sus datos.

Es necesario conocer qué datos recoge el micrófono, la cámara o el resto de sensores instalados en el juguete, así como la información que registra la app asociada, y con qué medidas de seguridad cuenta el protocolo a través del cual el juguete intercambia datos con la aplicación.

También es aconsejable saber qué datos se transmiten por internet, con qué objetivo y su destino final, así como los datos que se reciben de la Red y de dónde proceden. Es igualmente importante plantearse cómo se protegen los datos recogidos, el lugar donde van a almacenarse y si se van a enviar a terceros.

Puedes encontrar más información, consejos y recomendaciones sobre los juguetes conectados en esta infografía elaborada por la Agencia Española de Protección de Datos, la Dirección General de Política Comercial y Competitividad, y la Dirección General de Consumo.

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